La situación concreta de incurable no siempre está dada por la naturaleza de la enfermedad en sí, sino que se ve influida por el tipo, el grado, las alteraciones concomitantes, las complicaciones inesperadas de la terapéutica empleada e, incluso, la propia actitud del anciano, ya que muchas veces son los propios pacientes de avanzada edad quienes asumen que determinados signos y síntomas son debidos y atribuidos a los años, a alguna enfermedad diagnosticada con anterioridad, etc., con el resultado de que cuando acuden a su médico están ya en la fase avanzada de la enfermedad. A pesar ...