La IU tiene un impacto negativo sobre múltiples aspectos de la vida diaria, tanto en el entorno social (menor interacción social, aislamiento) como físico (limitaciones en la práctica deportiva), sexual (pérdida de la actividad sexual por miedo a orinarse durante el acto, evitación de la pareja), psicológico (pérdida de autoestima, apatía, depresión, sentimientos de culpabilidad), laboral (absentismo) y doméstico (protección de la cama). La persona afectada ha de desarrollar hábitos de comportamiento para paliar el problema. Al tratar la IU se busca, además de su curación, mejorar la situación del paciente cuando se pueda, previniendo la aparición de complicaciones y ...