Las enfermeras explican cómo actuar ante un diagnóstico de mpox (viruela del mono)

Viernes, 23 de agosto de 2024

por diariodicen.es

Hace unos días la Organización Mundial de la Salud declaró el bote de mpox (viruela del mono) en África como una emergencia sanitaria mundial ante el aumento de casos. Convocó a su comité de emergencia de viruela mitocondrial ante la preocupación de que una cepa más mortal del virus hubiera llegado a cuatro provincias que hasta entonces no habían estado afectadas.

Según informa la OMS, desde principios de este año, se han reportado más de 17.000 casos y más de 500 muertes en 13 países de África, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de África, que clasifican el brote como un “evento de riesgo muy alto”. El mayor número de casos, más de 14.000, se encuentra en la República Democrática del Congo.

MPOX viruela del mono
Foto | OMS

Mpox (viruela del mono)

La mpox, antes conocida como viruela del mono, es una enfermedad viral que puede propagarse fácilmente entre personas y a partir de animales infectados. Puede propagarse a través del contacto cercano, como tocar, besar o tener relaciones sexuales, así como a través de materiales contaminados como sábanas, ropa y agujas, según la OMS.

Los síntomas incluyen fiebre, sarpullido doloroso, dolor de cabeza, dolor muscular y de espalda, poca energía y ganglios linfáticos agrandados.

Ante esta situación, el Consejo General de Enfermería quiere dar a conocer cómo actuar ante un diagnóstico del mpox y ha lanzado una serie de recomendaciones.

“Lo fundamental es el aislamiento de la persona para evitar contagiar a otras, siempre dentro de las posibilidades de cada uno. También debemos notificar la situación a contactos estrechos y vigilancia de los mismos, tratamiento de los síntomas de la enfermedad, una adecuada higiene de manos y desinfección de los objetos personales. Y, muy importante, hay que evitar tocar las lesiones porque puede aumentar el riesgo de transmisión”, comenta Susana Montenegro, enfermera del Instituto Español de Investigación Enfermera del (CGE).

La institución recalca, una vez más, que lo más importante para prevenir la enfermedad es la vacunación tanto preexposición como posexposición, para enfrentar la posible llegada de casos del actual brote de mpox.

“Es una enfermedad vírica provocada por un Orthopoxvirus similar al virus que causa la viruela”, explica Montenegro, que menciona también como es la forma más común de contagio: “Lo más común es por un contacto directo y estrecho con lesiones, fluidos y objetos personales como sábanas o toallas. También, y aunque con menos frecuencia, por la respiración y materiales contaminados”.

Cualquier persona si mantiene un contacto físico estrecho, y no necesariamente tiene que ser sexual con la persona infectada, puede adquirir la viruela del mono.

Los síntomas comienzan con fiebre, dolor de cabeza y dolores musculares, pero al bajar la fiebre, “aparecen erupciones localizadas, principalmente en la cara y luego se pueden extender a otras partes del cuerpo, sobre todo en las palmas de manos y plantas de los pies”, afirma Montenegro.

Por otro lado, insiste en el papel clave de la enfermera a la hora de educar y concienciar, y recomienda a todas las profesionales conocer los síntomas, los modos de trasmisión y las recomendaciones sanitarias vigentes. “Las campañas de concienciación en comunidades de alto riesgo pueden ayudar a detectar y controlar los brotes rápidamente”, aclara Montenegro Méndez.

Vacunación urgente

“En estos momentos disponemos de una vacuna y debemos hacer uso de ella. Las enfermeras y enfermeros, como ya hemos demostrado frecuentemente, estamos a disposición de los pacientes para explicarles y asesorarles sobre esta enfermedad también.

Lo fundamental ahora es concluir con la inmunización de esas más de 20.000 personas que no han completado la pauta y, además, hacer un llamamiento a aquellas personas que estén dentro de la población diana fijada por el Ministerio de Sanidad que no se hayan puesto ninguna”, indica Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería.

Del mismo modo, se deben tomar precauciones a la hora de tener relaciones sexuales de riesgo y, sobre todo, en el entorno de la salud.

“Hay que hacer un llamamiento a las administraciones sanitarias para que tengan disponibles los equipos de protección personal (EPP) que deben utilizar los profesionales a la hora de tratar y cuidar de estas personas. Los trabajadores de la salud deben usar guantes, mascarillas, y protectores faciales cuando atienden a pacientes con sospecha o confirmación de viruela del mono. Ya vimos lo que ocurría en otras crisis sanitarias como la del ébola o, más recientemente, con el COVID-19. No se pueden cometer esos errores y no podemos permitir que nuestros compañeros se enfrenten a un virus contagioso sin los materiales necesarios para protegerse”, concluye Pérez Raya.

¿Quieres comentar la noticia?

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

*
*