Página 18 - Demo Criticos

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síntomas que le dan carácter de emergencia a esta
situación.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) defi-
ne la urgencia como
“aquella situación de aparición
súbita en cualquier lugar, de etiología diversa y de
gravedad variable, que genera la necesidad de aten-
ción sanitaria”
. Sumando a esta explicación las
características de
“no admitir demora, debido al
riesgo vital inminente, precisando la realización de
soporte vital”
, se tiene la definición que esta organi-
zación da a la emergencia sanitaria.
El paciente crítico hospitalario
Podría decirse que la institución hospitalaria es,
por excelencia, la institución asistencial para recu-
perar la salud. Su flujo de entrada y salida debe
gozar de un gran dinamismo, lo cual sería con-
gruente con la prestación de un servicio sanitario
que se extienda a numerosos ciudadanos que preci-
san de su atención.
De entre toda la población atendida por el hospital,
bien sean pacientes previamente hospitalizados,
bien pacientes que acceden a la institución a través
de la puerta de urgencias, existe un porcentaje que
conforma el grupo de pacientes críticos, cuyas
características fundamentales son sufrir grandes y
graves lesiones y/o alteraciones fisiopatológicas,
además de un serio compromiso de sus funciones
vitales.
La presencia constante en el hospital de pacientes
con estas características ha propiciado el desarrollo
continuado de servicios y recursos tecnológicos y
terapéuticos para dar una respuesta clínico-asisten-
cial a las mismas. Podría decirse que así han surgi-
do las Unidades de Cuidados Intensivos y los servi-
cios de cuidados críticos hospitalarios.
Lo cierto es que, una vez instituidos como recursos
convencionales, su dinamismo no ha cesado en el
intento de responder puntualmente a las nuevas exi-
gencias y retos que los cambios sociales han ido favo-
reciendo, hasta el extremo de extrapolarse, incluso
fuera de las paredes hospitalarias y extenderse a los
servicios de emergencias extrahospitalarios ante el
incesante incremento de la siniestralidad, la inciden-
cia de episodios de emergencia propios de las enfer-
medades cardiovasculares o, también, el aumento de
la demanda y expectativas de los usuarios.
Aunque el concepto de paciente crítico, anterior-
mente presentado con carácter genérico, incluye a
la totalidad de los pacientes críticos y aún cuando
los criterios en este sentido deben ser lo suficiente-
mente flexibles, los enfermos que configuran el
grupo de pacientes críticos, mayores y pediátricos,
podrían ser:
u
Pacientes politraumatizados y grandes quemados.
u
Enfermos en estado de shock o con serias posi-
bilidades de desarrollarlo.
u
Casos de infarto de miocardio complicado.
u
Enfermos con crisis agudas de insuficiencia res-
piratoria.
u
Pacientes que han sufrido una parada cardio-
rrespiratoria (PCR).
u
Postoperatorio inmediato de algunas interven-
ciones quirúrgicas “mayores”.
u
Algunos estados comatosos y trastornos meta-
bólicos o H-E importantes.
u
Cuadros neurológicos severos con grado varia-
ble de afectación de conciencia.
Lo verdaderamente definitorio del servicio que se
presta en estos entornos es precisamente la alta
necesidad de cuidados de quienes los utilizan: la
vulnerabilidad y labilidad de los pacientes críticos
obligan a tener dispositivos asistenciales que ofrez-
can garantías óptimas de evaluación y seguimiento.
No obstante, en este tipo de entornos se corre el
riesgo permanente de igualar la salud al equilibrio
y estabilidad de los parámetros fisiológicos y a su
consecución y mantenimiento a base de soportes
tecnológicos. La salud, desde una perspectiva holís-
S
ERIE
C
UIDADOS
A
VANZADOS
u
Sistema integral de atención en urgencias, emergencias y cuidados críticos
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